Para un cristiano, una peregrinación es más que un viaje, es ir a unos lugares en los que de forma especial se vive la espiritualidad de las cosas de Dios de una manera más sensible, más cercana a uno mismo. En los meses de mayo, llamado por excelencia el Mes de María se hacen romerías y peregrinaciones a aquellos lugares donde Nuestra Madre del Cielo se apareció a algunos de sus hijos en la tierra como en Guadalupe, Lourdes, Fátima…Pero para un cristiano además es especialmente importante ir de peregrinación a Tierra Santa, a Israel, y también es buena fecha los meses de la primavera. Y no es baladí, renaces al Evangelio aunque te haya parecido que hasta la fecha tenías una fe firme imposible de crecer más. Y aunque no te lo creas, es cierto. Además en una peregrinación, como se trata de una pequeña comunidad cristina, la convivencia te llena también muchísimo.
En este blog ya he hecho referencia a un pequeño aspecto del viaje de nuestra vida, en Caná de Galilea; ahora quiero incluir el link de la crónica publicada en la web de la Iglesia de Santa Maria de Montalegre, en Barcelona, que es quien ha organizado en este caso la peregrinación. Así que os invito a leerla y a disfrutarla.
BARUCH ATÀ ADONAI! (en hebreo, Bendito sea Dios!)
(en la foto, visión general de Jerusalem)
http://www.montalegre.org/es/2011/05/3407/