Los cambios de rutina, de actividad, nos pueden provocar alteraciones o improvisaciones en la vida cotidiana, pero a veces mentalmente es muy sano pues realmente se descansa el cerebro o se recicla y se prepara más la lucha diaria. En todo ello, entre bañadores, maletas, sombrillas, caravanas, nuevos ambientes y amistades nos puede resultar complicado a priori poner a Dios por delante. Pero Él no hace vacaciones, y su amor tampoco. Así que debemos mantenernos firmes en la correspondencia.
Podemos organizar nuestras vacaciones teniendo en cuenta si cerca del hotel, del apartamento, la casa rural …hay una iglesia católica para cumplir con los preceptos de la Iglesia*, y si tenemos a nuestro alcance los medios de transporte para llegar a la hora que se celebra la Eucaristía el mismo domingo o el sábado a las horas vespertinas.
Aquí va un enlace mundial muy eficaz:
* Compendio de la Iglesia Católica , punto 432. ¿Cuáles son los preceptos de la Iglesia?.