Al parecer durante el verano, cuando se toma el sol, se comen gambas al ajillo, se cabecea en el mar, te pones crema solar, o subes a una cumbre hasta las nubes, es cuando se planifica cómo y cuando divorciarse. Eso dicen los que controlan el registro de demandas judiciales de divorcio, pues concluyen que a lo largo del mes de septiembre es el mes, por excelencia, en el que más demandas se presentan ante el juzgado correspondiente. También, pues, y más en los últimos años, es el mes en el que los medios de comunicación tienen recurrente la publicación o edición de la gran y triste noticia de que en España hay más rupturas y divorcios que matrimonios en vigor.
En la entrevista publicada en zenit.org al presidente del Instituto de Política Familiar de España, Sr. Eduardo Hertfelder, se hace un repaso muy interesante de la situación. Abarca desde las cifras alarmantes, la descripción del estado de la cuestión, y también de las soluciones. Resultan llamativas muchas cosas: que existe un periodo de fidelidad en el contrato con una compañía de telefonía de tiempo superior al que estipula la ley para el matrimonio; que soluciones tan buenas como los centros de orientación familiar tengan tan poco eco en las administraciones públicas españolas; que la lista de las ayudas a las familias se reduzca a una línea; y que con el divorcio exprés hemos vuelto a doce siglos antes de Cristo con la carta de repudio.
Aunque se atreve a predecir el futuro, un poco penoso, nosotros con nuestro empeño en el amor a nuestro matrimonio podríamos provocar un desvío en esa tendencia.
Entrevista a Hertfelder en zenit.org