La vida en si misma es una aventura para la supervivencia. A veces nos creamos las aventuras yendo de un lugar a otro del mundo, con maletas o mochilas, viviendo experiencias que ni buscábamos. El día a día también puede parecer una aventura si nos fijamos en algo que no sea la rutina de las cosas, pues la vida nos lleva hacia designios que no sospechamos. Por eso músicos, literatos, pintores, películas… nos trasladan a esas otras aventuras que no hemos vivido ni viviremos pero que en ellas nos metemos y disfrutamos como niños con un juguete nuevo. Hay libros como el Éxodo, uno de los que componen el libro de revelación divina más leído, pensado y rezado, de toda la historia de la humanidad: La Biblia. Nos relata las aventuras y desventuras de todo el pueblo de Israel huyendo de Egipto. Muchísimos pasajes de la Biblia han sido llevados al cine, a la música, al teatro, a la ópera, o bien han sido fuente de inspiración importante. Giuseppe Verdi, conocido entre los grandes, se inspiró en el Éxodo para su Ópera Nabucco, estrenada en Milán en 1842, un drama lírico y patriótico donde los haya.
Os invito a disfrutar de un fragmento de esa ópera, muy conocido, de 9 minutos, de gran belleza coral y musical, respetando el texto original y mejorando la escenografía.
Podemos dar un aplauso efusivo, pues en los últimos años las representaciones de óperas, como mínimo en mi pais, tranforman incluso las intenciones del autor, y ya no se puede ir al Teatro a deleitarse con la ópera; obras bellísimas las destruyen sin miramientos en aras de una modernidad sin gusto y sin repeto a los autores ni al público.
alerta! después de los aplausos hay un bis!
El Coro de Nabucco