10 enero 2012

Estos maridos ¡qué poco nos conocen!

Empieza la vida normal cosa que no se cómo calificarla, de caos, de ruina o vaya  usted a saber, pues aquello llamado normalidad ha sobrepasado a lo objetivo. Lo cierto es que todos aquellos preparativos navideños se consumieron  y,  por fin, la vida sigue adelante con la normalidad de cada cual. Y vuelven aquellas rutinas o hábitos que en un ambiente de trabajo forman parte de la jornada: estirar las piernas y tomarse un café con las compañeras para ponerte al día de los nuevos abatares.

Todas a la vez:
- ¿Qué tal han ido los Reyes Magos?
- Ay! no me hables, estoy incendiada, dijo Sandra
- Pero, qué ha ocurrido, dijimos (también todas a la vez)
- Pues la noche del cinco fueron llegando los regalos, yo oía muchos ruidos así que me levanté del susto y fui al salón, y ¡no sabéis qué me encontré!
- ¡Un ladrón!, dijo una.
- ¡No!, dijo Sandra
- Venga, ¡di!, dijo la otra, mientras todas revolvíamos agitadamente el café con el palito de plástico.
- ¡Un cohete!
- ¿Cómo?
- ¡Sí, un cohete!
- No puede ser, dijimos con el ánimo de apoyarla.
- Pero, ¿a quién se le ocurrió?
- A quién si no, a mi marido, dijo Sandra, a él le gusta Tintín y para recrear Tintín en la luna, toma cohete…
- Pero ¿a ti te gusta, verdad?, dijo una inexperta en este tipo de apoyo emocional
- ¡NO!, repitió todavía más incendiada.
Para apagar el calor no sabíamos que decir…. Irá lleno de regalos y confetis…
- ¡NO!, es una lámpara que tiene mi altura o más, dice Sandra, y allí se ha quedado hasta que me llegue a gustar Tintín, concluye.
Maria Rosa no hacía ningún comentario ni musitaba nada. - Y a ti, ¿cómo te ha ido?
- Pues resulta que Pepe, pobrecillo que está muy ocupado, no ha podido comprarme nada, aunque creo que lo intentará esta semana.
Al unísono dijimos, - es decir, ¡el cohete!
Ya casi consumido el café, la Beth, la más mayor del grupo en años de matrimonio dijo:
- Pues yo me cogí de la mano a mi marido, salimos una tarde, fuimos a una joyería de las galerías comerciales (que ya tenía muy visitada), escogí yo misma una cadena de plata corta y plana, pagó él y me guardé la cajita en el bolso hasta llegar a casa. Así el día de autos me la dio…

En fin, queridas, hay que amarrar como la Beth para no lamentar y salir volando como si tuviéramos pólvora en los pies, que de lo contrario estos maridos nuestros te llenan el armario de cohetes.

  El último domingo del año, después de Navidad, la Iglesia lo dedica a la Sagrada Familia de Nazaret, como modelo a seguir por parte de las...