La viudedad es un estado del matrimonio muy doloroso, el transcurso del primer año o más tiempo, después del óbito del cónyuge amado, se hace tremendamente difícil. No es ni se siente lo mismo que en un divorcio, aunque en las rupturas siempre haya víctimas. La fusión de los espíritus en la viudedad es real. De ahí que se diga que es bueno trabajar el duelo para aliviar ese dolor incalculable, que solo entienden profundamente los que han estado, antes, en la misma situación.
La película “Un lugar para soñar” (2011) nos explica como Benjamín Mee, al enviudar, salió adelanté con sus hijos, una niña pequeña y un muchacho adolescente que sufre también muchísimo. La viudedad es el tema vínculo de toda la película. Matt Damon, que interpreta al señor Mee (junto a Scarlett Johansson), me gustó pero en esta película de tipo familiar parece que le quede corto el personaje. Los dos niños se comen las cámaras. El contrapunto lo da el otro señor Mee, el hermano de Benjamín, que está empeñado en que Ben tenga una aventura con una mujer para olvidar a su difunta esposa. Pero no lo consigue, un amor no se tapa con una experiencia sexual. El personaje esteriotipado es el Inspector de l'administración pública que nos hace sonreir en momentos chocantes. En fin, que el señor Mee compró un zoo y esto ya es en sí una aventura para él y la consigue vivir junto a sus hijos, su hermano y todo el personal del zoo, con el que forma un gran equipo. Una película biográfica que dura dos horas, pasa muy bien y es para toda la familia.