
Por otra parte, si se usa toda la vestimenta de arriba abajo de color negro se hace en señal de duelo, de luto, (salvo a los sacerdotes que usan este color para dar distinción y caracter a su ministerio). Bien sabemos que en países de raíces cristianas el color negro era del que se vestían las viudas durante dos años después de la muerte de su difunto esposo. Sin embargo, estas costumbres sociales se han ido perdiendo pues el color solo manifiesta un aspecto del dolor que sufre aquella persona por el ser querido que ha fallecido.
Y como somos un país de tradición cristiana, gracias a Dios, ahora en los entornos de las administraciones públicas se está imponiendo el Viernes Negro. Ignoro, si quienes lo decidieron, pensaron o no en el Viernes de la pasión, crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, o han escogido ese día porque se trate del último día de la semana, o cualquier otra razón. Solo quiero insistir en que muchos de los que trabajamos en la Administración Pública nos gustaría ofrecer a los ciudadanos un trabajo ejemplar, eficaz y eficiente, pues el trabajo bien hecho no solo puede resultar beneficioso para todos, ciudadanos y políticos, sino que también agrada a Dios. Así que estamos de luto por la Administración Pública debido a la actual coyuntura socio económica del país, y los viernes serán negros en nuestra forma de vestir porque es una forma de manifestar exteriormente nuestro malestar, pero sin dejar de trabajar.