El que
no cree en la Resurrección del Señor no es cristiano, o dicho de otra manera,
el sello del cristiano es su fe y goce ante la Resurrección del Señor, pues son
conceptos inseparables entre si.
Por eso podemos decir con júbilo: ¡Alégrese
el cielo, goce la tierra!
"Este día ha brillado para nosotros con el resplandor
del sepulcro más que si resplandeciera con el sol. Oh luz bella, has revestido de súbita claridad a los que vivían en tinieblas y sombras de muerte. Porque al descender Cristo a los infiernos, su eterna noche ha resplandecido inmediatamente y han cesado los lamentos de los afligidos.”*
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Eusebio El Galicano. Siglo V, monje y obispo.