20 abril 2013

Los milagros de la oración


Leí recientemente una historia antigua y de amor, de una esposa que rezaba por su amado esposo. Debido a confiar en la oración se produjo un acontecimiento sorprendente:

“Se cuenta que no ha mucho tiempo sucedió que cierto hombre fue hecho prisionero por sus enemigos y conducido a un punto lejano de su patria. Y como estuviese allí mucho tiempo y su mujer no le viera venir de la cautividad, le juzgó muerto, y como tal ofrecía por él sacrificios todas las semanas. Y cuantas veces su mujer ofrecía sacrificios por la absolución de su alma, otras tantas se le desataban las cadenas de su cautiverio. Vuelto más tarde a su pueblo, refirió con admiración a su mujer cómo las cadenas que le sujetaban en su calabozo se desataban por sí solas en determinados días de cada semana. Considerando su mujer los días y horas en que esto sucediera, reconoció que quedaba libre cuando era ofrecido por su alma el Santo Sacrificio, según ella pudo recordar”.*

Así que la confianza en la oración nunca se pierde y se rompen cada día muchas cadenas gracias a las oraciones de otros. Encomendar a las personas, tanto las que conocemos como las que no hemos visto jamás, es siempre grato a Dios.

* San Gregorio Magno. Homilía sobre los Evangelios, 37. 
Cita de “Hablar con Dios" de Francisco Fernández Carvajal, viernes de la tercera semana de pascua.

No nos olvidemos en estos días de preparación a la Navidad que lo que vamos a celebrar es la primera venida de Nuestro Señor Jesucristo, hij...