Recientemente nos hemos conmocionado por aquel niño chino
que fue rescatado por los bomberos de la tubería del desagüe de un inodoro. La
madre que dió a luz a su hijo optó por tirarlo al excusado como si fueran las
heces de su cuerpo. Pero Dios, que sabe más, ha querido que ese niño viviera
para que todo un gobierno chino tuviera que intervenir ante un acto tan cruel
que a los ojos del mundo lo estaba poniendo en jaque. El niño, según han dicho,
fue de nuevo a devuelto a manos de su madre, a la cual le imploramos que cuide
de este niño todos los días de su vida. Y ahora en España, otra madre, y esta
española, dio a luz su hijo y lo tiró por un tubo de ventilación, con la
placenta y el cordón umbilical, es decir, en iguales circunstancias que el caso
referido de la China, no obstante la mujer española ha sido detenida, por
presunto asesinato en tentativa. Me parece sorprendente que en el futuro se la llegue
juzgue por intentar matar a su hijo en un país como el nuestro en el que
constantemente se practican abortos en cualquier momento del embarazo porque
para muchas mujeres desgraciadamente el hijo de su vientre no es tal hasta que
nace, en cambio todos hemos sido cigotos, embriones y fetos. Nadie ha nacido
sin precederle ese proceso biológico.
Por eso felicito a estos periodistas que se conmueven con
estas noticias pues despiertan la opinión y en muchos casos, gracias a Dios,
surge un debate en favor de la vida, pues es tan crimen eliminar la vida a un
feto vivo y visto a través de una econografía, que nacer un hijo y tirarlo por
el inodoro. Este debate por la vida, va más allá de criminalizar a las mujeres,
hemos de ayudar a todas aquellas que se encuentran en el trance de decidir de
matar a su hijo o seguir adelante con el embarazo. La formación y la educación
es básica; y la propuesta clara y valiente de la adopción también.
Está en el punto de mira La Vida, no solamente para defenderla
de las plagas, las guerras, los ataques nucleares, los desastres climáticos, etc.,
sino también de la vida incipiente en las entrañas de una mujer, de una madre,
a la cual se la ha de ayudar para sacar adelante a sus hijos, en medio de la
prepotencia de la cultura de la muerte. Bravo ! por los que la defienden, bravo! Por
los que oyendo el aullido de un gato, despiertan el instinto y reconocen en el
quejido a un ser humano en peligro. Hay que seguir defendiendo La Vida.