
Realmente
es una belleza inmaterial gozar de ese estatus pues la perpetuación de uno
mismo, siendo una cuestión antropológica, es realmente satisfactoria y se
traduce en un-no-se-qué que te hace feliz. Además, ves a los hijos gozar
de sus frutos y todavía esa belleza se hace más grande. Y aunque se dicen
muchas cosas, a los abuelos nos gusta ayudar a nuestros hijos cuidando de sus
hijos, es decir, de los nietos. Y no es ningún
abuso, es más, la ayuda mutua en el seno de la familia es lo más natural del
mundo, y desde sus orígenes.
En el rezo del Angelus el Papa Francisco habla de los abuelos
En el rezo del Angelus el Papa Francisco habla de los abuelos