La atracción física, el enamoramiento y el amor de la
voluntad son tres elementos básicos que tendrían que existir antes de la boda.
En los tiempos actuales algunos matrimonios se han quedado en los dos primeros
elementos, es decir, en la vibración hormonal y en la sensación de no poder
vivir sin el otro, es decir, en los sentimientos. Así que la voluntad reiterada
de dar amor, o no ha existido desde el principio o no ha sido sólida, y tras
las primeras contrariedades, incomprensiones o problemas de distribución
doméstica de tareas, se desvanece la atracción física y el enamoramiento, y
nace el sentimiento de que es mejor vivir sin el otro y por lo tanto se
producen muchas rupturas.
Pero volvamos a los matrimonios, e insisto en las parejas
casadas, porque el hecho de casarse es haberse dado un compromiso mutuo, más o
menos profundo según el conocimiento real que se tenga de lo qué significa el
matrimonio, sin hacer diferencias entre matrimonios católicos o civiles. Es
evidente que a lo largo de la vida conyugal se han de superar muchos escollos pero
hay que tener en cuenta que para se superen son necesarios actos repetidos de
amor, en los que la voluntad de cada conjugue juega un papel primordial.
Es muy normal que con el tiempo la atracción física vaya
disminuyendo, y el enamoramiento inicial no tenga aquella chispa tan atractiva
del principio, sin embargo los actos repetidos de amor, forjados por la
voluntad, pueden ir aumentando, aunque algunos los consideremos costosos. Los
actos de la voluntad son siempre libres e inteligentes, es decir, derivados de
la voluntad de un ser racional como lo es el ser humano. Estos actos en la
relación conyugal son actos de querer hacer feliz al otro, y además cada día.
El amor crea amor, del amor nace más amor, y el amor es compromiso, es entrega.
De ahí que si no hay entrega hay ruptura. Pero esos los actos de amor de la
voluntad no suponen violencia, no han de suponer violencia, el matrimonio no es
una trinchera en la que van pasando por la cabeza un bombardeo detrás de otro,
el matrimonio es la unión de dos personas que se comprometen mutuamente entre
sí, compromiso que nace del amor para dar más amor.
No nos desanimemos antes unas cifras de rupturas muy
elevadas. En muchos casos se debe a la falta de formación antes de casarse, o de
no haber escogido la persona idónea y de no saber que la mejor empresa es la familia. Hoy en día también hay muchísimos
matrimonios felices, pero no se hacen estadísticas, o si se hacen no son
populares. Es realmente posible ser feliz en el matrimonio, claro que sí!!