“A partir de la encarnación y de toda
la obra de la redención, el Hijo de Dios ha dado su vida para hacer a su
Iglesia santa e inmaculada, uniendo lo humano a lo divino en modo único. Dentro
de ese plan de redención, el matrimonio está llamado a ser símbolo de esa
unidad. Pidamos para que los esposos cristianos respondan a
la tarea que les ha sido confiada.” *
*David
Amado Fernández. Magnificat, num. 117. Agosto 2013