El Papa Francisco es un gran padre
para todos. Es un Papa que nos hace pensar. Nos habla y nos
escribe con un gran corazón lleno de amor, pero con
un lenguaje claro, sin embudos, sin palabras que no podamos entender. Está
llegando a todos los confines de la tierra que le quieran escuchar y le estamos
escuchando los cristianos, los increyentes, los paganos, los hijos pródigo y
los conversos, todos!. De esta manera no hay día que este Papa aparezca, no
solo en los medios de comunicación y digitales católicos, sino también en
los más sorprendentes de opinión opuesta a
Ahora trascribo
la referencia que hace el Papa sobre la familia, que es nuestro tema central, y al
pie el link del texto original de la web de vaticano.
"66. La familia atraviesa una crisis cultural
profunda, como todas las comunidades y vínculos sociales. En el caso de la
familia, la fragilidad de los vínculos se vuelve especialmente grave porque se
trata de la célula básica de la sociedad, el lugar donde se aprende a convivir
en la diferencia y a pertenecer a otros, y donde los padres transmiten la fe a
sus hijos. El matrimonio tiende a ser visto como una mera forma de
gratificación afectiva que puede constituirse de cualquier manera y modificarse
de acuerdo con la sensibilidad de cada uno. Pero el aporte indispensable del
matrimonio a la sociedad supera el nivel de la emotividad y el de las
necesidades circunstanciales de la pareja. Como enseñan los Obispos franceses, no
procede «del sentimiento amoroso, efímero por definición, sino de la
profundidad del compromiso asumido por los esposos que aceptan entrar en una
unión de vida total»[60].
67. El individualismo
posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo
y la estabilidad de los vínculos entre las personas, y que desnaturaliza los
vínculos familiares. La acción pastoral debe mostrar mejor todavía que la relación
con nuestro Padre exige y alienta una comunión que sane, promueva y afiance los
vínculos interpersonales. Mientras en el mundo, especialmente en algunos
países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos
insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de
construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos «mutuamente a llevar las
cargas» (Ga 6,2). Por otra
parte, hoy surgen muchas formas de asociación para la defensa de derechos y
para la consecución de nobles objetivos. Así se manifiesta una sed de
participación de numerosos ciudadanos que quieren ser constructores del
desarrollo social y cultural."