En la Última Cena del Señor,
Él se entrega para siempre como alimento de nuestra alma. Así, en el memorial
que se celebra en el Jueves Santo, en un solo Oficio para todo el día,
revivimos, como si estuviéramos en Jerusalén, aquel momento crucial para la humanidad,
que ya estaba camino de la
redención. En estos días de Semana Santa podemos también
dedicar unas horas al recogimiento y acudir a una Iglesia católica aunque
estemos en Londres, en París o en la costa levantina, pues participar en estos Oficios memorables y, a la vez, meternos en la cruz de Jesucristo, nos hará un
gran bien; además son celebraciones catequéticas, en los que se puede
aprovechar para explicar porque el amor de Dios va ligado a la cruz, y en
consecuencia porque nuestra vida va también unida a la cruz de cada día, con las
contrariedades y problemas que todos vivimos en el devenir diario. Las lecturas
de los Oficios nos ayudarán a revivir aquellos días duros y a la vez fuertes
que darán paso a la Resurrección de Jesús, aquello en lo que está basada la
doctrina católica, pues sin Resurrección ¿De qué hubiera servido la pasión y
crucifixión de Jesucristo?.
Igualmente, se puede participar en
las procesiones, pues son manifestaciones
populares de amor a los actos que se
están celebrando en las iglesias. Llama la atención el esfuerzo que se
desarrollan en todas ellas, y si se hace por amor a Dios, el premio final será
infinito. Siempre quedará tiempo para tomar el sol, hacer una excursión, y
disfrutar de la familia y los amigos, pues también son días que para muchos son
de descanso y vacaciones. Y volver a ver la película de Mel Gibson, "La Pasión de Cristo" sería un puntazo!.
Recordar que en el día del Sábado
santo están cerradas las iglesias pues se está a la espera de la Resurrección. Al
caer la tarde o por la noche, se vuelven abrir para celebrar la Vigilia Pascual. Y
el domingo, la ¡Pascua !
En ese momento la alegría del cristiano se llenará de un gozo tremendo y todos
nos desearemos ¡Felices pascuas!