Una visita casi obligada en Dublín,
capital de Irlanda, es recorrer la fábrica de la cerveza Guinness ,
donde el arpa de Irlanda es un identificativo. Es un entretenimiento asegurado, y durante varias horas. El edificio de la fábrica que pueden visitar los
turistas es de siete plantas. Es evidente que explican cómo se fabrica la
cerveza, desde sus inicios hasta los cambios de hoy en día, pero es más que eso. La séptima planta
es circular, desde la cual puede verse toda la ciudad de Dublín, sobre todo en
un día claro y soleado, con una pinta de cerveza en la mano, incluida en la entrada. Toda la
visita resulta hasta interesante, incluso puedes obtener un certificado de servir la cerveza con destreza. También te explican quien fue el primer Sr. Arthur Guinness pues la cerveza más famosa del mundo la pensó y la hizo un irlandés, y
de ahí nacieron también las anotaciones curiosas de cómo beber o servir mejor
la cerveza y pequeñas curiosidades cerveceras, hasta convertirse (al cabo de
muchos años) esos tipos de récords en los ya famosos Récords Guinness, que
normalmente son de cosas pocos habituales. Como es el caso del matrimonio norteamericano
de Zelmyra y
Herbert Fischer que duró 87 años, batiendo el récord Guinness del matrimonio más
longevo del mundo.
Cuesta entender
que haya sido así, ¿verdad? Fueron 87 años de matrimonio hasta que la muerte los
separó, cuando Herbert murió a la edad de 105 años! Y el mejor legado: 5
hijos, 10 nietos, 9 bisnietos y 1 tataranieto, aun estando vivos. Dios
bendito!
La noticia que
enlazamos hoy es una entrevista, publicada en Religionenlibertad, que les hicieron siendo ya Récord Guinness, la cual recoge con sencillez unos consejos de oro para llevar el matrimonio hasta
el último aliento.
* La foto es de mi viaje a Irlanda, julio 2014