Nos ha hecho mella. Sóphie explica con dulzura el ir y venir
de su vida, rota a los pocos meses de su boda. Es muy duro vivir y aceptar la
vida como viene, pues a veces supone aceptar que los proyectos que tenías se
han ido al traste para siempre. Son proyectos legítimos y además necesarios, es
muy bueno tenerlos, tanto familiares como profesionales. Allí me dirigiré! estudiaré, viajaré, me casaré, tendré hijos, seré un
gran pianista.. etc. Sin embargo sobrevienen cosas inesperadas que todo se lo
lleva por delante, intentando también llevarse el ánimo y el alma propios. En
todo ese camino hemos ido contando con el querer de Dios, nos ha complacido
hacer oración con Él y hablarle de todo ello. Pero Dios nos va a revelar otro
camino para seguirle a Él por encima de todo, a pesar de los pesares: Un día…
un accidente… una enfermedad nueva, un mal congénito… un error médico… un
desastre natural, esto y lo otro, vence a lo que habíamos planeado. Nos cambia
la vida por completo.
Se empieza entonces desde las
cenizas, llorando mucho, rezando más e implorando hasta la desesperación, pues
realmente la voluntad de Dios como tal misterio qué es, no se puede razonar. Después
de esas luchas, con toda la humildad ganada, valoras los dramas diarios hasta
convertirlos en poca cosa. Pero para llegar a ese “después” nos hemos hecho
pedacitos para entender ese otro camino que nos preparado para optar seguirlo o
no, de ahí nuestra libertad.