Será un año jubilar en el que podremos ganar y recibir indulgencias que Dios repartirá con justicia divina. Comienza
en el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y acabará en la
festividad de Cristo Rey, último día del año litúrgico de 2016.
Pero ¿Qué es la misericordia?
La
misericordia es un corazón que siente la desdicha del otro. Es algo que nos
remueve que no nos deja impasibles ante el mal del otro. Así es Dios con nosotros.
Jesús
es el rostro de la misericordia. Dios es misericordioso desde sus entrañas, este
es el motor que ha movido a Dios para enviar a su Hijo. No quiso
dejar al hombre a merced del mundo. El mayor milagro es que Dios ha querido
venir al mundo adoptando la condición humana.
Y María recapitula toda la
misericordia divina. Ella se limita a proclamar la grandeza del Señor, en el
plan de Dios que tiene para Ella. Ella es el recipiente de la gracia de Dios.
Es la nueva Eva, la mujer que Dios siempre quiso. Es una mujer joven, sencilla
y virgen, redimida y preservada de todo pecado por eso la llamamos Inmaculada,
concebida así. Los orientales la llaman la eternamente santa. En definitiva, Ella
es el Arca segura en medio del diluvio.