Se
cuenta que en la ciudad Siroki-Brijeg de Bosnia y Herzegovina, en el rito
matrimonial se añade el símbolo de la cruz como muestra de que los novios conocen que el
matrimonio, además de muchísimas cosas, sensaciones y emociones, comporta Cruz. Para ello, en la ceremonia, los novios estrechan sus manos entre una
cruz, normalmente un icono.
Siroki-Brijeg, se trata, pues, de una ciudad profundamente católica. La
fe la viven también en familia, dando ejemplo a los hijos de que se ha de
acoger la voluntad de Dios, aunque suponga mucho dolor, aunque suponga la Cruz.