23 mayo 2016

Mejor, no me caso

El compromiso y entrega mutua, para toda la vida entre un hombre y una mujer en el matrimonio civil no está distanciado del mismo compromiso y entrega mutua, para toda la vida entre un hombre y una mujer en el matrimonio religioso, por ello los Estados confieren respeto a los matrimonios religiosos. 

Es necesario destacar que nos estamos refiriendo al acto mismo del compromiso del matrimonio que se hace en presencia pública, ante una autoridad civil, o ante Dios, bendecido por un diácono o un sacerdote, pues ambos compromisos, si son realmente profundos y perfectos, tienen siempre algo de sagrado. A pesar de las rupturas, el vínculo de justicia y amor dado persiste.

El compromiso es algo inmaterial como la propia voluntad, pero es lo que define la validez del matrimonio. En casos de nulidad y anulabilidades se estudia siempre el acto personal y único de la manifestación de ese , si fue con reservas, por ignorancia o a traición, es decir, a sabiendas que te casabas con la idea de divorciarte a lo más mínimo, dejándolo por escrito ante notario. Así que, es muy importante antes de embarcarse en el matrimonio, tener muy claro con quién te casas y porqué te casas, sabiendo que el compromiso conlleva entrega al otro por lo que el egoísmo, mi yo, se quedará fuera para siempre.


La opción para elegir marido o esposa no es la de vivir juntos y probar pues el amor a prueba siempre fracasa. Eso sí, hay que conocerse mucho, hay que respetarse mucho, hay que hablar mucho, y si es necesario y no lo has visto claro llegado el momento, antes del SÍ, se sale de la iglesia o del Ayuntamiento, y aquí paz y después gloria. Es mejor para el matrimonio y para cada uno de los cónyuges, iniciarlo con el auténtico convencimiento de entrega, de lo contrario lo que empieza mal, acaba peor. Aunque hayas pagado el banquete, el vestido, las invitaciones, ¡todo! Si en el fondo del corazón sensible hay una duda, un vacío al momento de casarse, adelante, pide perdón y anula la boda. Es evidente que se producirán decepciones, disgustos, llantos, miles de sentimientos chocarán entre sí, pero No pasa nada comparado con lo que podría pasar luego. 

No nos olvidemos en estos días de preparación a la Navidad que lo que vamos a celebrar es la primera venida de Nuestro Señor Jesucristo, hij...