¡Feliz Año Nuevo 2017! Porque sin bajar a detalle
habrá algunas cosas del 2016 que será mejor
no volver a revivir. Así que Dios reparta
suerte, como dice el torero. Porque la vida se parece a una plaza de tierra
en la que tienes de lidiar… los problemas cotidianos del día a día.
Brindemos, pues, con un vaso de
sangría de mosto sin alcohol o con una copa de cava bien frío y pasemos esa
franja imaginaria del nuevo año con la esperanza puesta en un futuro mejor, en
manos de Dios.
Previamente al cava o al mosto, estaría
súper bien un buen aperitivo de ibéricos y tortillas y después una zarzuela de
pescado y marisco, para llegar potentes a la medianoche del último día del año
y deglutir sin pausa 12 uvas verdes y dulces de nuestras viñas.
Seguiremos en el 2017 escribiendo
sobre el Matrimonio católico,
aquí estaremos, ¡Hasta pronto!