La unión de
un hombre y una mujer en matrimonio ha tenido sus propias discordias a lo largo de la historia de la humanidad,
como por ejemplo, los matrimonios de conveniencia para sellar alianzas entre
casas reales, estados o países… Pero el matrimonio por amor también se ha visto
perjudicado por reveses de diversa índole.
En la
película Los hombres libres de Jones (EUA 2016)
se narran dos
historias paralelas que finalmente confluyen y se entiende la
trama. Por una lado, nos situamos en el 1862 y siguientes en el Condado de Jones, estado de Misisipi
(EUA) en los tiempos en los que la esclavitud aún era legal, pero por poco
tiempo. Entonces estaba prohibido el matrimonio entre un hombre y una mujer, si
uno de los dos era negro.
Por otro lado, la segunda historia se mueve alrededor
de los años 1950, en el mismo lugar en donde todavía, a
pesar de la abolición de la esclavitud, persiste en muchas personas el odio
voraz a los hombres y mujeres negros. La raíz del odio es tan profunda, que si
un hombre blanco tuviese un ascendiente negro aunque sea su bisabuelo o
tatarabuelo, siguen considerándole negro, y por lo tanto sin acceso a los
derechos civiles, como el del matrimonio civil.
Pero la
firmeza en las convicciones hacen al hombre (entendido como varón y mujer) valiente
y valioso, forjando a las familias su propia raíz y su propia personalidad. Y
la historia de la familia de Newton
Knight es un ejemplo. Knight lideró, junto a un grupo de esclavos de la
zona, un levantamiento que convirtió aquel territorio en un Free State, en un Estado Libre.
Un odio voraz que todavía se hace presente en titulares de noticias, con demasiada frecuencia.