Aun en los peores momentos del día, el amor se ha de
regar con … una notita con un corazoncito, un detalle doméstico, un beso porque
más no te apetecen, una caricia ligera, una llamada inusual, llegar antes a
casa, no mirar a otro que pudiera gustarnos
si insistimos en mirar, rezar una oración solo pensando en él, no refunfuñar o
refunfuñar menos ese día, bajar el tono de voz, despabilar en los asuntos
domésticos, controlar los gastos y hoy no comprar nada, fumar menos o no fumar
porqué te morirás antes, no criticarle.
Y así sucesivamente.
Aunque vayan muy mal las cosas, un pequeño esfuerzo
positivo puede evitar que ese día haga lo que tenía pensado: irse de casa.