Se han publicado en los medios las últimas cifras de
matrimonios celebrados en España, con una caída evidente de año en año, tanto
los civiles como los católicos. Barcelona recoge la menor cifra de matrimonios
de todos los tiempos en relación al resto de España y desde que se computan
cifras. En definitiva, las parejas se ajuntan, con compromisos a medias. Y una
minoría se casa.
Y mi marido y yo nos hemos encontrado con una porción de esa
minoría, en este fin de semana. En el paseo que bordea la zona litoral de la
comarca del Baix Penedés, en la provincia de Tarragona, bañada por el
Mediterráneo, vimos como a unos novios, probablemente después del enlace,
varios fotógrafos les estaban fotografiando o video grabando para el álbum más
bonito de su vida.
En medio de un tiempo borrascoso, con oleaje y viento, los
novios hacían poses muy sonrientes, pues realmente estaban felices y nada les
importaba, ni aquellas nubes negras, ni las olas que estaban trepando el
espigón del puerto. Ellos adelante, y como dice la frase contra viento y marea. De
esa manera, han iniciado un nuevo camino.
Les deseamos mucha felicidad y mucha paciencia mutua para
mantener la felicidad, aunque cueste.