Se
inicia una nueva etapa de los Cursos Prematrimoniales en las parroquias
católicas. Como suelen ser en estos casos, los novios tenéis que tener la fecha de
la boda confirmada, es decir, definida la fecha en la que se consolidará el
compromiso que verbalmente os habéis dado el uno al otro.
Es
muy importante apuntarse al curso y pensar en saborearlo, y no de cumplir un mero trámite. No
se trata de ir por la iglesia a escuchar a unas personas que hablarán de lo que
creéis que ya sabéis. Se trata de que os planteéis si realmente vale la pena
casarse, hacerlo ante Dios y la Iglesia y ante vosotros mismos, que sois los ministros.
En
estos cursos se tratan muchos aspectos del Matrimonio. Del jurídico y
canónico; de una organización familiar, incluso de la distribución de tareas;
de los problemas y de las desavenencias; las enfermedades, los tiempos
difíciles. De la sexualidad y de la sensualidad. Y de por qué es bueno casarse
por la Iglesia y ante Dios. Etc.
Hay
parroquias que los ofrecen en un día; o una sesión a la semana durante un mes;
o cinco sesiones en cinco días a la semana. Es decir, la oferta varía
muchísimo. La cuestión es hacer el curso con voluntad de aprender y
resolver muchísimas dudas.
Es
posible, incluso, que os planteéis no casaros con la persona con la que estáis
haciendo el curso, pues las personas no cambiamos porque nos casemos. Por ello, hay
que enamorarse hasta de los defectos. Pero ¡alerta! la violencia física o verbal no es un defecto, es una inclinación al mal, muy grave.
Más
de una pareja, ante de casarse ha roto el compromiso verbal y se han sentido
liberados. Por esto, los cursos prematrimoniales se han de tomar en serio pues
un Matrimonio no es una película de amor, es la vida misma en la que
vosotros sois los protagonistas, y no ha de serlo nadie más.