La
mitad de la humanidad está en casa recluida, encerrada, enclaustrada, o mejor
dicho PROTEGIDA. Pues este confinamiento que se extiende por todo el planeta
cada día suma a millones de personas en casa. Ni es un mal de unos ni consuelo
de tontos. Es la preservación de la humanidad.
La
historia ha explicado a lo largo de los siglos como las plagas y las pestes,
las epidemias y pandemias, han eliminado a millones de seres humanos. Y desde
tiempo inmemorial, la auto reclusión ha sido una medida necesaria para hacer descender
y llegar a suprimir el contagio.
Por
ello, somos unos privilegiados los que seguimos en casa sin haber enfermado
hasta la fecha. También ya son miles de personas que han superado la enfermedad
que genera el Covid19 y están en casa, pues como en casa, en ningún sitio.
Sintámonos
felices pues la generación de los curados y la de los no enfermados tendremos
la obligación de levantar y soportar el envite de la recuperación de esta
humanidad que está en guerra contra un enemigo común e invisible.
No
tengamos miedo, ¡lo conseguiremos entre todos!, y para la próxima pandemia
estaremos mejor preparados.