Estamos
en Casa, casi todos. Los que no tenemos obligaciones laborales, debemos
mantenernos firmes en casa, y gracias a ello conservaremos nuestra salud y la
de los demás. Para muchos, ya han pasado 12 días desde que Estamos en Casa. Si
no hemos enfermedado del Covid19 querrá decir que no nos contagiamos antes de
enclaustrarnos. Podemos dar Gracias a Dios por ello. No obstante, hay mucha gente
en casa que está enferma. Por lo tanto, lo mejor es llevar una vida tranquila,
no agobiarse, no pelearse, y si que hay que discutir, habrá que hacerse sin
levantar la voz ni insultarse. No podemos salir de casa huyendo un rato por no
poder aguantar más la discusión.
No
es tiempo de peleas ni tan siquiera con los políticos, pues como se ha visto en
Europa, ningún país estaba preparado para una guerra sin cuartel como la que
está blandiendo este coronavirus.
Y
como en estos días hablamos mucho más por teléfono, una amiga de mi edad y que hace
unos años se divorció de su marido, me contó que ahora han vuelto a tomar
contacto, solo telefónico, como si nada hubiera pasado en el pasado. Esta amiga
me explicó que su ex le habló de la nulidad matrimonial, y le preguntó cómo veía
el tema. Lola no supo qué contestar pues nunca había pensado en ello. No
obstante, a pesar del tema planteado, siendo tan delicado y que le afectaba
directamente, se le ha despertado el deseo de seguir hablando con él.
Quizá,
pensó, y no erróneamente, que se trataba de un tema recurrente para reiniciar
el contacto. Nunca se sabe, y además a nuestra edad, que para algunos es el
inicio del camino hacia la soledad.
Por
no querer entrar en detalles, ciertamente muy personales y dolorosos, le envié
este artículo.