Los ¡Vivas! al ocho de marzo que estos
días jalean los políticos en busca de responsables por no haber declarado el Estado
de Alarma quince días antes de aquellas manifestaciones y asambleas
multitudinarias, nos trae a colación, nuevamente, aquellas reivindicaciones
feministas y/o feminazis, que lo más bonito que se ensalza del hombre es que se
le cuelgue de un palo y jadee hasta la muerte. Vamos mal si lo que queremos es un
futuro con hombres eunucos y niños a la carta.
¡Tantos siglos y siglos que hace que la
mujer trabaja! Que para mi es una vergüenza que se siga con esa cantarela,
también es una vergüenza que se cante que la mujer quiere llegar a casa sola y
borracha y que no le pase nada. Mal vamos, si esa mujer que está que se cae, no
tenga amigas que la cuiden y la lleven a casa sin peligro, pues hay más
peligros que un criminal que la viole. Pues no todos los hombres son criminales
y violadores.
Tanto ellos como nosotras, no debemos
darle al cuerpo todo lo que pide. Por poner ejemplos de moda: ingerir bebidas alcohólicas
hasta medir un cólico hepático, ejercitar la sexualidad sin dominio de si, consumir
drogas para perder el sentido de la realidad, comer hasta saciarse, perder la virginidad
en una carrera entre amigas, consumir medicación anticonceptiva para poder
follar más, tener un amante para experimentar qué pasa, o cuando te van a descubrir
¿Esto es la libertad de la mujer?
La mujer, a cualquier edad, puede
desorientarse y equivocarse de la dirección de lo que es bueno. Nadie de
nosotras está exenta de esas tentaciones, por ello nos hemos de educar en el
dominio de nosotras mismas, esta es nuestra libertad, siempre con la ayuda de
Nuestra Madre la Virgen Santísima, pues si pretendemos ir solas por este camino,
no lo conseguiremos.
Después de esta reflexión, podéis
clicar en unos de esos vídeos recurrentes del pasado 8 de marzo de 2020 en el
que llegados a este punto habremos de pedir perdón a los hombres por la
constante criminalización que les hacen muchísimas mujeres. No es contrapuesto
a eso de llegar a casa sola y borracha, pero es otro punto de vista, tal cual y
en el ejercicio de la libertad de expresión.