En
estos días de restricciones a los que les seguirá muchos más hasta que la
población en general esté vacunada, los gobernantes y los que los han votado
aplauden felices la Ley de la Eutanasia o la Ley del Crimen Organizado,
despenalizando a los autores e inductores. Hasta que su aprobación cumpla los
trámites y se vea publicada en el BOE, tenemos tres o cuatro meses para redactar
nuestro Testamento Vital, si es que todavía no lo hemos hecho. Significa
sencillamente poner en un documento que NO quieres que se te aplique la
eutanasia, si estás enfermo o muy enfermo según la ley, y lo que deseas son las
ayudas paliativas.
¿Una
madre va a decidir matar a su hijo porque esté grave o estará a su lado hasta el
último exhalo de su vida? Quizá haya dudas en la respuesta, sabemos que muchas
madres han abortado y han hecho matar al hijo que crecía en su vientre, y se
cuentan por miles y miles de almitas que van directamente al cielo, pues el
aborto es matar no es interrumpir una canción.
¿Un
hijo matará a su padre porque no le reconozca debido a su enfermedad?
Dolorosamente habrá quién diga que sí, pues hay enfermos y ancianos que no
reclama nadie, pero se sabe que existen familiares, y acortarle la vida le podría
significar un problema menos.
¿Y
la esposa, cansada de cuidar a su marido, años y años que parece que no tengan
término, decidirá por fin acabar con su vida para vivir tranquila?
Si
se ha aprobado en el Congreso de los Diputados de España, querrá decir que hay
muchísima gente que está a favor de la Eutanasia.
Al votar en las elecciones generales pueda
ser, que solo quisiéramos que España, o Cataluña, fuera una república y ahora
cae esto en la propia conciencia. Muy grave.
En
el seno de las familias se producirán muchos desencuentros. ¿Quién va a decidir
por ti si no has dejado escrito el Testamento Vital?
¿España
se va a convertir en el paraíso de la eutanasia pues solo en siete países del
mundo se puede aplicar?
Muy
triste, muy duro, verdaderamente.
Os propongo que recemos muchísimo por la Vida, está en peligro por la invasiva Cultura de la Muerte, término acuñado por el Papa san Juan Pablo II en su Encíclica “Evangelium Vitae”, publicada el 25 de marzo de 1995.
Nota del cuadro: El Triunfo
de la Muerte, de Pieter Bruegel el Viejo (años 1562-1563) Museo del Prado