La industria cinematográfica periódicamente repite historias que en otras ocasiones ya han sido llevadas al cine. Este es el caso de STORM BOY (Australia 2019), que en su momento fue un bombazo de novela, por tratarse de una historia conmovedora muy bien explicada y a detalles, en cuanto a sentimientos humanos se trata. En España con la mala costumbre de inventarse títulos aparece como AMIGOS PARA SIEMPRE.
Y
actualmente como los sentimientos tienen más protagonismo y prioridad que los
valores en sí mismos, el nuevo éxito de esta novela está prácticamente asegurado.
La
película es naturalista en su esencia, preservar la naturaleza, utilizar de
ella solo lo necesario, erradicar la caza, denegar cualquier proyecto inmobiliario
que suponga una alteración del ecosistema, y sobre todo dar gran protagonismo a
la relación sentimental que pueda desarrollarse entre una persona y su mascota.
Con
estos elementos tan a la par con las medidas para frenar el cambio climático,
surge STORM BOY. El entorno geográfico es el sur de Australia, donde existen
largas playas y un espacio natural reservado para los pelícanos, que con esos
picos tan grandes pescan magníficamente. Por otro lado, un padre joven y pescador,
desairado del mundo en el que vive, se va a esa costa hermosa y vive apartado
con su hijo, aunque van a un pueblo cercano a comprar víveres y vender pescado.
El niño de unos 10 años salva a unos pequeños pelícanos de unos cazadores, y
ahí empieza una relación conmovedora entre un niño muy espontaneo y sus
pelicanitos.
Es
una película que cautiva porque es muy bonita y sensible, sobre todo a los
amantes de las mascotas. Es para toda la familia y pasar un ratito agradable.
No es trascedente, ni pretende serlo. Pero el subtítulo Let your heart soar que podría significar Deja que tu corazón se eleve,