La lectura es un buen hábito para todos los miembros de la familia. Los libros y textos audibles también lo son, pues hay actividades cuyo desarrollo lo permiten. Millones de libros se han leído a lo largo de la historia de la humanidad, y en ellos, en muchas ocasiones, los autores han reflejado su semblante biográfico, sus aspiraciones, deseos, y, en los mejores, una gran creatividad y capacidad de expresión, lenguaje y descripción, gracias al bagaje de todo aquello que también han leído y vivido a lo largo de la vida. Por ello, esos mejores autores nos sorprenden con historias no vividas por ellos mismos sino por otros que incluso no han conocido, y, si cabe, no han existido.
Con los guiones de las grandes películas y de los peliculones, podemos tener esa misma impresión. Y a pesar de haber leído mucho o ser un cinéfilo al que nada le sorprende, hay títulos que vale la pena recordar.
Hoy me quiero referir a Kazuo Ishiguro (1954) un autor Premio Nobel de Literatura (2017), del que ya me embargó el corazón con Lo que queda del día, tanto el libro como la historia tan bien explicada adaptada al cine e interpretada por Emma Thompson y Antonny Hopkins. Así que con esa breve experiencia literaria con Ishiguro escogí El Gigante Enterrado (2015) con sensaciones extrañas, pero finalmente me atreví a comprarlo y por supuesto a leerlo. La información de la contratapa del libro lo deja claro. Pero nunca llegas a percibir, hasta que lo lees, aquellas impresiones que te empujan a desear que acabe la aventura de Axl y Beatrice, un matrimonio longevo y anciano que, ya siendo mayores, emprenden un viaje a pie en busca de su hijo. Las circunstancias se desarrollan en la Inglaterra de la Edad Media. En varias pequeñas aldeas, todos temen a los ogros y a los dragones, también temen las guerras entre sajones y britanos, a la persistente niebla y sobre todo temen al olvido de las cosas de la memoria. A lo largo del viaje se producen todo tipo de acontecimientos en aquellas bajas montañas, con un caballero del Rey Arturo, ejércitos lejanos, un monasterio de monjes, niños abandonados, miles de duendes, islas sospechosas, pero sobre todo el dragón hembra Querig. A partir de su encuentro con Axl y Beatrice, todo empieza a cambiar, sabrán por que en su aldea perdían la memoria y los motivos por los que su hijo se marchó. El final inesperado entre los más inesperados te hace alzar la voz y pedirle al autor que continue escribiendo, porque quieres saber mucho más de lo que ocurrió.
Por
otro lado, al escoger una película o peliculón, Let Him Go (Uno
de nosotros) (USA 2020) también puede ser garantía de acierto el reparto: Kevin Costner y Diane Lane. Ellos interpretan a un matrimonio de
muchos años juntos que vivieron el auténtico drama de la pérdida de un hijo en
un accidente. Dejó al morir a un hijo, un bebé precioso. La joven viuda se
volvió a casar. Pero no acertó en escoger un nuevo marido, era un Weboy. Pronto
observaron los abuelos (Costner y Lane) que el marido era violento. Sin mediar
despedidas los Weboy huyeron de Montana y se fueron a Dakota, y los abuelos poco
tardaron en emprender el viaje y la búsqueda de su nieto. Un western, sí, pero
un drama impresionante. Ciertamente es conmovedor el sufrimiento de esos
abuelos.
Tanto
en un caso como en otro, un medio activo como la lectura de un libro ante un
medio pasivo como la visión de una película, se pone en valor el Matrimonio,
como enlace que une a un hombre con una mujer por largo tiempo, y el querer de
ambos por unir a los miembros de la familia, luchando por ella hasta exponerse a perder sus propias vidas.