Hoy celebramos el DIA DE LOS ABUELOS Y DE LAS PERSONAS MAYORES, en la II Jornada anual, convocada por el Papa Francisco, con el fin de destacar su valía en la sociedad y luchar contra las políticas y conductas del descarte.
Ha escogido este día porque el 26 de julio la Iglesia Universal lo dedica en su santoral a San Joaquín y a Santa Ana, los padres de la Virgen María, por lo tanto, los abuelos de Jesús, pues siendo Dios se hizo hombre y en tal condición también tuvo abuelos, como todos nosotros.
Y
los que somos abuelos, se sobreentiende que tenemos nietos y nietas. Pero ¿Dónde
están? Ciertamente se producen casos dramáticos en los que, por razones
particulares, económicas, discusiones, memorias del pasado, herencias,
divorcios contenciosos, por señalar unos cuántos motivos que desestabilizan a
las familias, los hijos o las hijas, yernos o nueras, utilizan a los nietos
como escudo de guerra, lo cual es lamentable, triste, horrible.
Por
este motivo, a los abogados de familia y a los notarios, les aumentan los casos
de desheredación de los hijos por falta de atención, así como las reclamaciones
judiciales para regularizar un régimen de visitas de los abuelos con los nietos,
pues los nietos no tienen la culpa de las desavenencias y descartes paterno filiales.
En
este sentido, hoy especialmente debe rezarse por todos los abuelos y las
personas mayores, para pedirle al Espíritu Santo luces y evitar así llevar los
casos a los tribunales, asuntos siempre dolorosos para ambas partes e
incomprensibles para los nietos.
Por
otra parte, no es moralmente malo que un pariente mayor esté ingresado en un
centro geriátrico, lo que es moralmente malo o muy malo, es no preocuparse por
ellos. Hay que llamarles por teléfono, interesarse ante los profesionales de su
progresión y estado de salud, y sobre todo visitarlos, estar a su lado un rato,
hacerles compañía, aunque sea en silencio, cantarles, jugar como niños,
explicarles cosas especialmente de la familia. A veces no hay más remedio de su
ingreso, pero no los abandonemos, evitemos ese DESCARTE al que se
refiere el Santo Padre.
251Tres cosas desea mi alma
| que agradan al Señor y a los humanos: | concordia entre hermanos, amistad
entre vecinos, | y marido y mujer bien avenidos. 2Tres tipos de personas
detesta mi alma | y su conducta me llena de indignación: | pobre orgulloso,
rico embustero, | y viejo lascivo e insensato. 3Si en la juventud no has
recogido nada, | ¿Cómo quieres encontrar algo en la vejez? 4¡Qué bien sienta a
las canas el juicio, | y a los ancianos saber aconsejar! 5¡Qué bien sienta a
los ancianos la sabiduría, | y a los ilustres la reflexión y el consejo! 6La
mucha experiencia es la corona de los ancianos, | y su orgullo es el temor del
Señor.