Se
sigue hablando del crimen del aborto con bocas llenas de serpientes y culebras
que se desbordan todas las acequias y los ríos de la vida hasta someterlos y
ahogarlos. La dignidad del ser humano está en entredicho y los que defendemos
la vida en su ser y en su esencia estamos reducidos a un pequeño reducto.
Es fácil recordar lo que ha ocurrido en una región autónoma de España que por un escrito o protocolo que no ha visto nadie, ha creado un revuelo absurdo y telonero. Al parecer dicho documento contiene una serie de informaciones a proponer a una mujer embarazada que tiene la intención de interrumpir para siempre su embarazo.
Sin
embargo, todos, absolutamente todos, sabemos que, al ingresar en un hospital
para cualquier pequeña intervención incluso clínica dental, te dan a leer
diversos documentos manifestando que has sido advertido de los riesgos de la
intervención, que te han explicado en qué consistía, que esto y que lo otro, y
a pesar de todo, te piden autorización. Es por ello que es bastante natural y
propio que a una mujer embarazada antes del aborto dirigido le propongan que
vea a su hijo vivo, que le digan que en el aborto intervenido se mata a su hijo,
que puede oír el latido de su corazón y que ha de dar su consentimiento para abortarlo.
Estos
comunistas y socialistas y gente ignorante habla y escribe con eufemismos.
Dicen del aborto que es una interrupción del embarazo y lo que es realmente es
la finalización repentina e intervenida del embarazo.
Si
esa mujer no quiere a su hijo es mejor que llegue a término su embarazo y allí
mismo, en el paritorio de cualquier hospital público o privado, lo entregue en
adopción. Y no lo volverá a ver. Pero con esta conducta y actitud, se acabaría
el gran negocio de los abortorios y de la reproducción asistida y teledirigida.
Estos negocios mueven miles de millones de euros y de dólares en España y en todo
el mundo y con el dinero no se juega.
No
es una cuestión de libertad, en el aborto nunca se trata de una cuestión de
libertad. Ese es el eufemismo más grave, el propio engaño basado en principios
de libertad sagrados pero que tienen realmente otro significado.
Aunque
seamos pocos frente a las ideologías comunistas, socialistas, masonas y
de similares estilos, hemos de defender la vida desde su concepción hasta su
final natural.
Como
decía San Juan Palo II ¡No tengáis miedo!