Uno de los muchísimos decretos que ha firmado el nuevo presidente de los Estados Unidos ha sido suprimir toda la clasificación de géneros que al entorno del hombre y la mujer se habían desarrollado, y según las organizaciones internacionales OMS u ONU la cifra es de 112 o más.
Toda esa clasificación impuesta
en las políticas educativas, sanitarias, militares, económicas, etc., extendida
por el Nuevo Orden Mundial, especificada en la Agenda 2030, está haciendo un
daño terrible y para muchas personas irreparable en su dignidad humana, aspecto
clave de la ley natural del hombre y de la mujer. Se nace niño o niña, y se es
varón o mujer por la biología natural con la que se nace.
Es más que evidente, no porque ocurra ahora, sino por tiempo inmemorial, que las tendencias sexuales por atracción física, por vicio, por defectos físicos o genéticos, por perversiones o por miles de razones, son tan variadas y diferentes que parece inacabable la clasificación, pero lo peor es que a ese uso sexual lo llamen género. Y no es verdad, a pesar de que lo ensalcen.
Recientemente en nuestro país, un
hombre vestido y maquillado de mujer, alto, corpulento y con voz de hombre, ha
sido noticia porque se ha dedicado al cine y es el actor de una película que ha
sido seleccionada para la nominación de los Óscar. El currículo que leyeron en
las noticias era: hombre casado, con esposa e hija, se hizo la transición de
género y ya es mujer. Pues no es cierto, es un hombre castrado porque así
lo ha querido. Que además es un buen actor pues ¡aplausos! pero seguirá siendo
hombre.
Hay que decir las cosas como son.
Cualquier hombre castrado y vestido como yo no es ninguna mujer.
En las familias cristianas nos
preocupa la educación de nuestros hijos y nietos y de todas las criaturas pues en
los colegios se les inculca a los niños y a las niñas que digan qué sexo
quieren ser, cómo se sienten. Los educadores, padres y madres hemos de educar
en el sentido natural, con las diferencias necesarias entre varón y mujer, y
sin demonizar inclinaciones sexuales a la hora de explicar la naturaleza sexual
de cada uno.
Creo que el Sr. Donald Trump ha
dado un paso importante en este tema, veremos como lo conduce. Lo cierto es que
es una decisión de sentido común y que va en la línea correcta del hombre y
mujer creados por Dios, lo sabemos por el libro del Génesis, hombre y mujer
los creó.