El
efecto devastador de Gloria lo hemos visto y vivido. Ha sido histórico en todos
los sentidos. Pérdidas humanas y materiales con esta brutalidad y en tan poco
tiempo no tiene parangón. La naturaleza ha respondido con toda la fuerza de que
es capaz de hacerlo, y nos sigue sorprendiendo.
Desde
hace más de cincuenta años se habla y se escribe sobre el cambio climático. Y
ya estamos haciendo cosas tanto los ciudadanos en nuestras casas y negocios
como algunos países que se apuntan a mejorar las conductas en beneficio de los
demás.
Cada
uno podríamos reflexionar ahora un poco más, a la vista de las desgracias que
se han producido, muertes, desaparecidos, ruinas de negocios, desesperaciones,
horror, miedo, pérdida del ánimo para volver a empezar de nuevo.
Los
cristianos, en este octavario de la Unión de los Cristianos en el mundo,
estamos rezando para poder superar los escollos que nos separan y podamos
llegar al entendimiento de una sola lectura del Libro de la Revelación de Dios
(el Antiguo y el Nuevo Testamento). Ahora podemos añadir más oraciones,
pidiéndole al Señor por las familias afectadas, debido a los daños ocasionados por Gloria,
estén donde estén.
Y
reflexionar también, en el hecho de que la Madre Naturaleza siempre responde a
los ataques que le hacemos, aunque no nos demos cuenta o pensemos que no hay
para tanto. Podemos volver a recordar que la Creación la hizo Dios porque quiso
y estableció un Orden en ella. Nada es baladí, nada es al azar, aunque los
ateos sí que consideran que el Universo es propio de un azar espontáneo a saber
de qué. Recordemos que en la Creación de Dios están sus creaturas que somos
también nosotros, los que hoy existimos pues Dios no nos abandona y puede
decirse que el Acto de la Creación es continuo.
Las
fotos son del 24/01/2020. Playa de la Villa Icària de Barcelona