28 enero 2012

Redes familiares

El tema del matrimonio sigue en la brecha como una de las cuestiones centrales de la Nueva Evangelización, tema del que oiremos hablar a lo largo de este año 2012. El matrimonio ha de ser evangelizado nuevamente para que evangelice a la sociedad. Los cambios de la segunda parte del siglo pasado, desde los económicos, los filosóficos… sociales, religiosos, etc. azotan como un reactivo. Pero no vamos caminando solos, tenemos a los Santos Padres de la Iglesia y a todos sus pastores para conducir la grey, con todo el amor de Dios.

A su vez tenemos muchos textos, cartas, encíclicas, discursos, homilías, que todavía no hemos asimilado del todo, para poder estudiar mucho más de lo ya sabemos sobre la familia y el matrimonio. Por eso no nos han de desanimar esas cifras agobiantes y alarmantes sobre el aumento de las rupturas respecto de los matrimonios. Parece que un documento clave y de donde surge una revolución en el conocimiento sobre este tema es la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, de 22 de noviembre de 1981, del Beato Juan Pablo II, que a pesar de los años que han pasado desde su edición es de  inagotables frutos.

El Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, Cardenal Ennio Antonelli,  en una conferencia reciente que tuve el privilegio de escuchar en esas Jornadas que ya mencioné otro día, la citó constantemente y a su vez destacó la necesidad de afrontar los asuntos candentes que la familia y el matrimonio cristiano padecen. Por eso, y entre otras cosas, recordó y estimuló un proyecto que ya funciona a nivel planetario: las redes familiares (en forma de Foros, Asociaciones, Entidades, Colegios…) en donde las familias se interconectan para trabajar conjuntamente con los mismos propósitos.

En el link adjunto está la exhortación apostólica citada, texto largo y bellísimo para una lectura meditada a corto y largo plazo.

Familiaris Consortio. Vaticano

26 enero 2012

A tope

He estado en unas Jornadas muy interesantes sobre el Matrimonio y la Familia, Para una Nueva Evangelización, he recogido muy buen material para esta web sobre el matrimonio, disculpar que no haya publicado nada en estos días intensos de trabajo…. aunque lo parezca no me he dormido en los laureles. Prontamente, en este fin de semana, en lugar de descansar durmiendo lo haré escribiendo.

21 enero 2012

Mi amiga Rhimou

Es musulmana, vino a España desde Marruecos con su marido y sus hijos pequeños para vivir una vida mejor, hace muchos años. Cuando la conocí personalmente, en el devenir de los miles de expedientes administrativos que pasan constantemente por mi pantalla del ordenador, ya era viuda y sus hijos con sus familias habían regresado a Marruecos; tenía más de 60 años y seguía analfabeta, pero su español era suficiente para entendernos. Ella se había quedado aquí, aunque sola, pues aquí había hecho su presente y su futuro.

Tuvimos que hablar en varias ocasiones; Rhimou siempre lloraba, estaba enferma y con una montaña de problemas, pero siempre me hablaba de Dios, de Dios Padre. Un día  comprendió en mi expresión que me pasaba alguna cosa, y me preguntó cómo estaba, solo le dije, mi marido está enfermo. Me habló con suavidad y con sabiduría humana, haciéndome entender que ante todo hay que aceptar la voluntad de Dios. En las diferencias de nuestras religiones nos entendimos, creemos en el mismo Dios Padre, sabemos que la familia es lo más importante y rezamos.

Sus asuntos administrativos se resolvieron positivamente, y pensé que ya no la vería más. Sin embargo en esta semana he tenido una grata sorpresa, Rhimou vino a verme, me abrazó, y me besó muchas veces con efusión, ella quería darme una buena noticia: me enseñó su documento nacional de identidad, ya es española!, ganado a pulso.

Hablamos de asuntos administrativos, como no!, pero también de nuestras familias ¿y tu marido?... la voluntad de Dios, volvió a insistirme. Pronto se irá al sur de España, para estar más cerca de Marruecos, de sus hijos y de sus nietos, pero esta tierra no la dejará, aquí encontró lo que buscaba, pues hace unos años esto era posible. Aunque no vuelva a verla, a mi me ha dejado un recuerdo con un fondo impresionante que me sirve para intensificar la oración por el acercamiento de las religiones,  por el ecumenismo y, más en estos días del octavario de la oración, por la unión con nuestros hermanos cristianos.

18 enero 2012

La esponsabilidad


La importancia que el hombre siente al ser marido de una mujer, no siempre la mujer la ve con los mismos ojos que él. Es algo en que unas y otros no profundizamos suficientemente, en ocasiones nos quedamos en lo humano o en lo superficial y chocamos  en el esfuerzo que supone sacar adelante los fines de la institución matrimonial. Así la maternidad –salvo que se renuncie a ella por amor a Dios- a la mujer nos hace completa, como si con el nacimiento de nuestros hijos se consumara la creación que Dios hizo de nosotras. No es de extrañar que muchos padres y madres sufran ante la esterilidad o la incompatibilidad entre ellos. De ahí que se aplauda sonoramente la adopción de hijos, cuando se entiende que se han agotado todos los efectos de los medios naturales para la concepción.  Por eso a mi me sigue sorprendiendo el relato del Libro de Samuel en su inicio, cuando relata que Ana desea tener hijos, y aun siendo estéril su marido la ama y cree que él es más que los muchos hijos que ella pudiera tener.

Siendo el Libro de Samuel el libro de la teología de la obediencia según dicen los expertos, su lectura seriada en las misas a lo largo de estas primeras semanas del tiempo ordinario, nos lleva mucho más allá de esa primera conclusión, pues nos va relatando hechos en los que siempre prevalece asumir la voluntad de Dios. Si seguimos la lectura con nuestra Biblia veremos, como en el pesar de la aflicción de Ana, Dios le concede ese hijo que implora, después de haber rezado durante mucho tiempo y haber insistido con total confianza, como ha de ser.

Fragmento de Libro Primero de Samuel 1, 1-8

Había un hombre de Ramataim, un sufita de la montaña de Efraím, que se llamaba Elcaná, hijo de Ierojám, hijo de Eliú, hijo de Toju, hijo de Suf, efraimita.
El tenía dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Peniná. Peniná tenía hijos, pero Ana no tenía ninguno.
Este hombre subía cada año desde su ciudad, para adorar y ofrecer sacrificios al Señor en Silo. Allí eran sacerdotes del Señor, Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí.
El día en que Elcaná ofrecía su sacrificio, daba a su esposa Peniná, y a todos sus hijos e hijas, porciones de
la víctima.
Pero
a Ana le daba una porción especial, porque la amaba, aunque el Señor la había hecho estéril.
Su rival la afligía constantemente para humillarla, porque el Señor la había hecho estéril.
Así sucedía año tras año: cada vez que ella subía a la Casa del Señor, la otra la afligía de la misma manera. Entonces Ana se ponía a llorar y no quería comer.
Pero Elcaná, su marido, le dijo: "Ana, ¿por qué lloras y no quieres comer? ¿Por qué estás triste? ¿No valgo yo para ti más que diez hijos?".

15 enero 2012

Cita Doctrinal del YOUCAT (IV): ¿Qué es lo que amenaza a los matrimonios?

Las Jornadas, los Congresos, los Encuentros, los Master, los cursos… sobre el Matrimonio y la Familia cristianos ofrecen un alud de informaciones impresionantes que no solamente nos informan sino que nos performan, es decir, nos informan sin deformar la moral, pues ahora y siempre el Matrimonio ha tenido, tiene y tendrá amenazas y hemos de formarnos cada día para saber hacia qué dirección ir, sin demasiados descalabros. Las estructuras del pecado son tan grandes y tan fuertes que necesitamos constantemente llenarnos de los sacramentos y de muchísimas cosas buenas humanas. Sin duda, la infraestructura se construye a partir  de nuestro origen herido por el pecado original, luego se añaden los pecados personales más o menos gordos, más o menos graves, y más o menos puestos unos encima de otros, pero pecados al fin, los cuales siempre son ofensas a Dios. 

El YOUCAT, haciendo referencia a los artículos 1606 al 1608 del Catecismo de la Iglesia Católica, dice:

¿Qué es lo que amenaza a los matrimonios?

Lo que amenaza realmente al matrimonio es el pecado; lo que lo renueva es el perdón; lo que le fortalece es la oración y la confianza en la presencia de Dios. (Punto 264)

13 enero 2012

El aparejamiento

Los creyentes somos guardianes de la fe, ni inventores ni creadores. Y la fe católica nos hace entender que la institución matrimonial fue creada por Dios y revelada por Él mismo. En el primer libro de la Biblia, en los primeros capítulos del Génesis, donde se desarrolla la creación del mundo, ya allí se instituye el matrimonio entre hombre y mujer, haciéndolos una sola carne. De esa manera y no de otra es el matrimonio. Las otras formas o fórmulas de uniones tendrán similitudes, connotaciones, apariencias y sobre todo buenas intenciones, pero no serán matrimonio.

Sin embargo, yo creo que son fórmulas o formas que con la transformación que produce la fe, ese hombre y esa mujer que se han unido por algún interés personal pueden llegar a arreglarlo, ya que la fe les hará entender que es mejor casarse ante Dios, por la Iglesia y en la iglesia.

De momento hay que insistir en rezar por el matrimonio cristiano y aprender a explicar qué es y qué no lo es. En esta tesitura, un avezado seguidor me ha mandado el siguiente video el cual es muy llamativo y descriptivo de lo que entendemos que no es casarse por la Iglesia y en la iglesia, es una explicación cortita ya que da para mucho más la reflexión o la discusión que podamos establecer.


10 enero 2012

Estos maridos ¡qué poco nos conocen!

Empieza la vida normal cosa que no se cómo calificarla, de caos, de ruina o vaya  usted a saber, pues aquello llamado normalidad ha sobrepasado a lo objetivo. Lo cierto es que todos aquellos preparativos navideños se consumieron  y,  por fin, la vida sigue adelante con la normalidad de cada cual. Y vuelven aquellas rutinas o hábitos que en un ambiente de trabajo forman parte de la jornada: estirar las piernas y tomarse un café con las compañeras para ponerte al día de los nuevos abatares.

Todas a la vez:
- ¿Qué tal han ido los Reyes Magos?
- Ay! no me hables, estoy incendiada, dijo Sandra
- Pero, qué ha ocurrido, dijimos (también todas a la vez)
- Pues la noche del cinco fueron llegando los regalos, yo oía muchos ruidos así que me levanté del susto y fui al salón, y ¡no sabéis qué me encontré!
- ¡Un ladrón!, dijo una.
- ¡No!, dijo Sandra
- Venga, ¡di!, dijo la otra, mientras todas revolvíamos agitadamente el café con el palito de plástico.
- ¡Un cohete!
- ¿Cómo?
- ¡Sí, un cohete!
- No puede ser, dijimos con el ánimo de apoyarla.
- Pero, ¿a quién se le ocurrió?
- A quién si no, a mi marido, dijo Sandra, a él le gusta Tintín y para recrear Tintín en la luna, toma cohete…
- Pero ¿a ti te gusta, verdad?, dijo una inexperta en este tipo de apoyo emocional
- ¡NO!, repitió todavía más incendiada.
Para apagar el calor no sabíamos que decir…. Irá lleno de regalos y confetis…
- ¡NO!, es una lámpara que tiene mi altura o más, dice Sandra, y allí se ha quedado hasta que me llegue a gustar Tintín, concluye.
Maria Rosa no hacía ningún comentario ni musitaba nada. - Y a ti, ¿cómo te ha ido?
- Pues resulta que Pepe, pobrecillo que está muy ocupado, no ha podido comprarme nada, aunque creo que lo intentará esta semana.
Al unísono dijimos, - es decir, ¡el cohete!
Ya casi consumido el café, la Beth, la más mayor del grupo en años de matrimonio dijo:
- Pues yo me cogí de la mano a mi marido, salimos una tarde, fuimos a una joyería de las galerías comerciales (que ya tenía muy visitada), escogí yo misma una cadena de plata corta y plana, pagó él y me guardé la cajita en el bolso hasta llegar a casa. Así el día de autos me la dio…

En fin, queridas, hay que amarrar como la Beth para no lamentar y salir volando como si tuviéramos pólvora en los pies, que de lo contrario estos maridos nuestros te llenan el armario de cohetes.