01 octubre 2013

Sal y luz

En el matrimonio se dan situaciones que pueden dificultar su paz y su crecimiento. No hay situaciones fáciles. No hay situaciones únicas. No podemos resolverlo todo. No sabemos nada, o casi nada. Por ello hemos de acudir a los moralistas cuando surgen esas situaciones que no entendemos muy bien y por ello nos tiramos a la crítica. Los moralistas son los sacerdotes. Los sacerdotes católicos son los que han de resolver los casos de moral de los cónyuges. A ellos hemos de exponer nuestras consultas, nuestras dudas, pues en materia de moral cristiana son los que saben más. Es conveniente que se traten individualmente los casos, pues cada uno tiene su respuesta aunque muchos se parezcan entre si. 

La Exhortación apostólica “Familiares Consortio”, del beato Juan Pablo II, y que hemos citado ya varias veces en este blog, recoge en abundancia toda la doctrina católica sobre el matrimonio y la familia. Para las situaciones difíciles el Papa se dirige a la ayuda de la comunidad eclesial, no es pues un comentario gratuito que hoy hacemos, es una exhortación del Papa.

“[…]..Otros momentos difíciles en los que la familia tiene necesidad de la ayuda de la comunidad eclesial y de sus pastores pueden ser: la adolescencia inquieta, contestadora y a veces problematizada de los hijos; su matrimonio que les separa de la familia de origen; la incomprensión o la falta de amor por parte de las personas más queridas; el abandono por parte del cónyuge o su pérdida, que abre la dolorosa experiencia de la viudez, de la muerte de un familiar, que mutila y transforma en profundidad el núcleo original de la familia…[…] En estas diversas situaciones no se descuide jamás la oración, fuente de luz y de fuerza, y alimento de la esperanza cristiana.” (Extracto punto 77).

Así se da el caso de matrimonios civiles que por estar bautizados, los cónyuges puedan creerse que están casados ante Dios; o aquellas parejas de cristianos que no se casan, aun pudiendo, para no perder la pensión del estado; o aquellas parejas que estando casadas por la Iglesia, se divorcian y se vuelven a casar por lo civil… todos ellos y todas ellas ¿Pueden oír misa? ¿Pueden comulgar? Estos son planteamientos generales que muchos conocemos. Si se precisa una respuesta porque un familiar o una amistad están en un caso igual o parecido, hay que consultar al sacerdote, y, a ser posible, que la hagan los propios interesados. El Espíritu Santo hará el resto.

De esta manera podremos ser luz, con nuestra oración y consejo, y sal, al ser sembradores de paz y alegría en la familia y en las amistades.

24 septiembre 2013

Para ser santo en el matrimonio

Hay que tener claro una serie de cosas prácticas y recordarlas día tras día. De todas maneras si se consigue recordarlo todo es heroico, y de medalla o condecoración sin necesidad de ir a un campo de batalla, pero nuestro fin último es ir al cielo, o no?:
Vamos a listar 20 cosas:

*Nuestro terreno para la santidad si estás casado, es el Matrimonio.
*La identificación con alguien a imitar es Cristo.
*El nombre del camino hacia el cielo es el nombre de nuestro esposo 
(o esposa, en caso de ellos).
*Todo ha de nacer del amor, de la entrega, no solo de los sentimientos.
*Evitar la idealización de que el cónyuge ya es un santo (o santa, para ellos).
*El enemigo del Matrimonio es la soberbia.
*Evitar el dominio del otro (o de la otra, para ellos).
*El gobierno de la casa, del hogar, ha de llevarse en común. (Alerta! que nosotras somos muy listas y sabemos mucho….)
*Hay repartirse las responsabilidades, según las aptitudes y tareas.
*Evitar la queja constante.
*Buscar el respeto de la autonomía del otro en sus gustos, aficiones, amistades, siempre que no afecte al entorno familiar.
*En la vida espiritual, cada uno tiene su velocidad libremente, cada uno ha de respetar al otro.
*Se ha de dialogar siempre.
*Hacer actividades en común fuera de casa, sin los hijos u otros familiares, los esposos solos (Este campo es difícil).
*En el ambiente laboral, saber poner los medios para evitar hacer confidencias ni recibirlas
*Buscar puntos de unión
**Y preguntarse:
¿Estoy realmente amando a mi marido? (¿Estoy realmente amando a mi esposa?, en caso de ellos)
¿Cuántas veces le he pedido perdón?
¿Cuántas veces le he dicho que le quiero?

21 septiembre 2013

Vivir en pareja o casarse

Hemos de ser personas interesantes cuando hablemos, y para ello hay que prepararse, estudiar, leer, aprender! No solamente hemos de decir lo que creemos, sino además sabernos explicar. En el caso del Matrimonio, habitualmente conversamos con gente que vive en pareja, sin casarse y solo sabemos llevarle la contraria. Pensemos pues en las frases claves de la conversación y veremos que si tenemos argumentos y formación,podríamos introducir argumentos convincentes que un día… podrían dar resultado.

Pongámonos en situación: Estamos en una terraza tomando un cóctel de frutas con las amigas (o ellos con los amigos). No se trata de un grupo homogéneo. Tú eres la única que cree en el Matrimonio católico y tienes hijos, una buena y santa opción. Desgranaremos las frases principales a favor de vivir en pareja, y a continuación, sugerimos el siguiente análisis, (aunque el vuestro será mejor que el mío).

   1. Si te dicen… No se cómo te lo haces con tres hijos. Dudan de la posibilidad de sacar adelante una familia.
2.       Dejé de ir a misa, siempre es lo mismo. Abandonaron la fe. Ignoran que Dios es su mejor testigo y que es mejor caminar de su lado.
3.      ¡Oh!, es que mi jefe de servicio es muy guapo, los dos tenemos la misma profesión de…, pasamos mucho rato juntos, nos atraemos, por suerte estamos solteros y ¡claro! él me propuso ir a vivir juntos, hemos alquilado un piso y le he dicho que sí. Sin pensar en nada más han tomado una decisión si interesarles nada más que la guapura y la atracción física, y es posible que si ella se niega tema perder al hombre de su vida, y por lo tanto tiene miedo al fracaso.
4.      No se hace falta casarse, no hacen falta documentos pues no son actos de libertad, nosotros ya nos entendemos bien. Se establece una relación en la que en el fondo hay miedo al compromiso personal y al público
5.      Si hay que pasar por el altar se va, ¿qué sentido tiene el altar, si no? No saben que por el sacramento del matrimonio se les infunde la gracia divina, y lo mismo les da casarse por la Iglesia que casarse de otro modo.
6.      En el día a día ves los defectos, ¿para qué arriesgarse en casarse? El ir a vivir juntos lo consideran como un periodo de prueba, un amor a prueba.
7.      ¡Oh! No! de tener hijos no hemos hablado, ya saldrá el tema algún día. La prueba de su unión vivir no es la de forma una familia, por lo que vacían de contenido el amor esponsal, se unen para compartir gastos, en principio.
8.      Estamos muy enamorados, es guapo de verdad y ¡besa como nadie me ha besado! El enamoramiento y la relación sexual es la base de su convivencia sin ninguna preparación en otros temas como por ejemplo cuidarse uno del otro, o asumir otras contrariedades de la vida diaria.  
9.      Mejor no casarse porque el divorcio es un rollo. Piensan que es mejor evitar el compromiso para toda la vida. Porque realmente no quieren entregarse por completo. Además el divorcio no es un rollo, es una desgracia, en el que los dos cónyuges son víctimas.
10.   Nosotros colaboramos en una ONG, eso ya es comprometerse con la sociedad. No saben lo qué es comprometerse con la sociedad pues ignoran que el Matrimonio es un bien común para la sociedad.
11.  Si vamos a vivir juntos seremos como iguales a la hora de probar como nos va. Cometen el error de igualar las personas a las cosas y prueban las personas como si fueran muebles.
12.   ¡No, no! no nos hemos planteado metas en común, mejor así no sea que nos incomodemos, cada uno es libre de hacer lo que quiera. No se esperan mutuamente, así no hay deuda, y cuando cesa lo que se espera, cesa la relación. No se aceptan como son, sino por lo que se proporcionan, temen el compromiso por el esfuerzo y las luchas diarias, y viven su egoísmo.
¿Qué os ha parecido? Argumentos pueden haber infinitos, iremos pensando...estudiando.


14 septiembre 2013

Cosas matrimoniales

La atracción física, el enamoramiento y el amor de la voluntad son tres elementos básicos que tendrían que existir antes de la boda. En los tiempos actuales algunos matrimonios se han quedado en los dos primeros elementos, es decir, en la vibración hormonal y en la sensación de no poder vivir sin el otro, es decir, en los sentimientos. Así que la voluntad reiterada de dar amor, o no ha existido desde el principio o no ha sido sólida, y tras las primeras contrariedades, incomprensiones o problemas de distribución doméstica de tareas, se desvanece la atracción física y el enamoramiento, y nace el sentimiento de que es mejor vivir sin el otro y por lo tanto se producen muchas rupturas.

Pero volvamos a los matrimonios, e insisto en las parejas casadas, porque el hecho de casarse es haberse dado un compromiso mutuo, más o menos profundo según el conocimiento real que se tenga de lo qué significa el matrimonio, sin hacer diferencias entre matrimonios católicos o civiles. Es evidente que a lo largo de la vida conyugal se han de superar muchos escollos pero hay que tener en cuenta que para se superen son necesarios actos repetidos de amor, en los que la voluntad de cada conjugue juega un papel primordial.

Es muy normal que con el tiempo la atracción física vaya disminuyendo, y el enamoramiento inicial no tenga aquella chispa tan atractiva del principio, sin embargo los actos repetidos de amor, forjados por la voluntad, pueden ir aumentando, aunque algunos los consideremos costosos. Los actos de la voluntad son siempre libres e inteligentes, es decir, derivados de la voluntad de un ser racional como lo es el ser humano. Estos actos en la relación conyugal son actos de querer hacer feliz al otro, y además cada día. El amor crea amor, del amor nace más amor, y el amor es compromiso, es entrega. De ahí que si no hay entrega hay ruptura. Pero esos los actos de amor de la voluntad no suponen violencia, no han de suponer violencia, el matrimonio no es una trinchera en la que van pasando por la cabeza un bombardeo detrás de otro, el matrimonio es la unión de dos personas que se comprometen mutuamente entre sí, compromiso que nace del amor para dar más amor.

No nos desanimemos antes unas cifras de rupturas muy elevadas. En muchos casos se debe a la falta de formación antes de casarse, o de no haber escogido la persona idónea y de no saber que la mejor empresa es la familia. Hoy en día también hay muchísimos matrimonios felices, pero no se hacen estadísticas, o si se hacen no son populares. Es realmente posible ser feliz en el matrimonio, claro que sí!!


12 septiembre 2013

Trabajar y rezar

En estos, días los cristianos y también todas aquellas personas de buena voluntad, nos hemos unido a las jornadas de oración por la paz que ha convocado el Santo Padre Francisco. Desde nuestro domicilio o trabajo, desde nuestra vida corriente de familia, podríamos creer que no podemos hacer nada para frenar la guerra en tantos lugares donde ahora mismo sigue su fuego como en el Sudán, Afganistán, Egipto … Siria. Allí, familias enteras día tras día quedan destrozadas, los hijos pasan a ser huérfanos de padre o madre o de los dos, los matrimonios se rompen por el dolor, la sangre y el odio a causa de los efectos crueles de los bombardeos, de los ataques indiscriminados, del pillaje, las violaciones, entre otros actos deleznables.

Y aunque sabemos que las guerras comportan destrucción a todos los niveles, seguimos discutiendo sin llegar a ningún sitio. Esto pasa en el seno de las familias, de aquí y de todas partes. Las discusiones en ocasiones han sido provocadas por pequeñas tonterías y acaban en rupturas matrimoniales, los hijos que se van de casa, las familias se deshacen, los hermanos y padres que no se hablan, etc. Así que a un nivel de más alcance geográfico y de superiores consecuencias económicas y políticas, las conclusiones a la falta de diálogo y a los delirios imperialistas, nos influyen y nos alteran a millones de personas y familias. Además, a fecha de hoy, el enemigo, por ponerle un apelativo, no tiene frontera, lo hemos visto en numerosos atentados en diferentes ciudades muy características. De manera que este nuevo pánico que están creando los gobernantes de diferentes países con el fin de demostrarnos de qué son capaces, nos coge a la mayoría de ciudadanos de los diferentes países implicados en un estado de no saber qué hacer para frenar esta nueva carrera armamentística.

No se a qué enemigo se quiere atacar en Siria pues los dos bandos son musulmanes y al parecer es difícil distinguir cuál de los dos es menos malo, sin ánimo de molestar. Pero como en este blog no somos tertulianos de temas políticos, ni especialistas en el comercio de armas, ni analistas económicos, pues solo somos ciudadanos corrientes, como hemos dicho, nos hemos unido a las jornadas de oración por la paz porque los hombres y las mujeres, solos, no sabemos hacer nada sin Dios, tenemos que pedirle su ayuda para todo. Por ello no hay que preocuparse porque no podamos hacer nada en el frente específico para evitar la guerra.  Vamos a ocuparnos en una cosa que realmente es un arma, vamos a llenar nuestra vida de oración, no solo en esos momentos que dedicamos a dialogar directamente con el Señor, a escuchar la santa misa, a rezar el rosario: todo nuestro trabajo cotidiano, tanto el doméstico, que es muy importante, como el profesional, vamos a convertirlo en oración. 

Como decía D. Alvaro del Portillo, Siervo de Dios y en proceso de beatificación: “Recemos, trabajemos y permanezcamos en paz”.

10 septiembre 2013

Fe y ciencia

El origen de las especies es la obra de Charles Darwin que recoge una teoría científica, fruto de la observación, del pensamiento y de la lógica científica, totalmente respetable como tal. Sin embargo en los tiempos de Darwin la ciencia se consideraba una disciplina que no podía explicarse junto a los hechos revelados en la Sagrada Escritura, cosa que significaba que cualquier descubrimiento, según su planteamiento, representaba un ataque frontal a Dios. De ahí que La duda de Darwin, nombre que recibe la película que en su versión original se llama Creation (Reino Unido 2009) refiera el tiempo en el que Darwin redactó su obra y en ella se describan las dudas razonables que sufrió al escribir la teoría sobre la evolución natural y cambiante de la vida, de la naturaleza, del ser humano, y de las especies animales y vegetales que crecían a su alrededor, tanto en sus viajes por el mundo como en su casa, destacando la teoría del eslabón perdido, el cual nunca llegó a demostrarse, ni siquiera actualmente. Nadie en aquella época de la Ilustración (siglo XIX) y del resurgimiento de las ideologías de pensadores alejados de Dios, que creían que la religión cristiana suponía un freno al hombre y a su crecimiento, supo ver que realmente es posible que la ciencia y la fe vayan de la mano; es decir, que la fe sin la ciencia es bien poco, o que la ciencia sin la fe es nada.

Darwin (Paul Bettany) y su esposa (Jennifer Connelly), protagonista a la par en el desarrollo de este libro tan controvertido, estudiado, reprobado, mal interpretado, eran cristianos, y como tales tuvieron dudas.  Darwin sufre enormemente la muerte de una de sus hijas, somatiza profundamente su dolor y lo mezcla con la confusión que le producen las conclusiones de su teoría al considerar que pueden atacar a Dios, sobre todo por el momento socio cultural y político de su tiempo, y por el vacío de fe que vive en ese momento. Pero no puede dejar de obviar su estudio sobre el origen de las especies, y finalmente lo publica. La película es dramática pero se comprenden las dudas, y sorprende como en los tiempos actuales se sigue utilizando el texto como arma para atacar a Dios, cuando ese no era el motivo, ni la clave del texto ni del autor, y además, como hemos dicho, no ha sido más que una teoría.


El director de Creation  nos sitúa en un ambiente de naturaleza y espacio propio de los años en que discurre la acción, con todo tipo de detalles. Por otra parte el matrimonio de Charles i Emily Darwin, abierto a la vida desde el inicio de su compromiso, nos da un ejemplo de experiencia conyugal con sus más y sus menos, con una ruptura debido al dolor, al silencio y a la incomprensión de ambos, así como el paso a una reconciliación deliciosa.

07 septiembre 2013

Lo que Dios ha unido

“A partir de la encarnación y de toda la obra de la redención, el Hijo de Dios ha dado su vida para hacer a su Iglesia santa e inmaculada, uniendo lo humano a lo divino en modo único. Dentro de ese plan de redención, el matrimonio está llamado a ser símbolo de esa unidad. Pidamos  para que los esposos cristianos respondan a la tarea que les ha sido confiada.” *


*David Amado Fernández. Magnificat, num. 117. Agosto 2013

  El último domingo del año, después de Navidad, la Iglesia lo dedica a la Sagrada Familia de Nazaret, como modelo a seguir por parte de las...