Según
dicen en muchos medios, la película Barbie es un éxito de visualizaciones, y un
aumento en el negocio al entorno del rosa barbie. Pero en las redes sociales
han surgido controversias. En el caso de este blog, la hemos visto en una
reproducción pirata que también está en internet. Por ello opinamos
directamente.
Ni los jóvenes, ni niños ni niñas, han de ver la película, recién estrenada,
BARBIE. Históricamente se trataba de una muñeca delgada, encantadora, monísima,
muy cara, que tenía toda la colección de vestidos y accesorios posibles, coche,
estudios, éxitos, que durante varias generaciones de niñas y niños han jugado
con ella. Luego le pusieron un amigo muñeco llamado Ken en todas sus versiones
y también con muchos conjuntos, y afeminado.
Surgió
que muchos niños y niñas quisieron imitarlos, y empezaron a no comer porque los
muñecos no comen y están estupendos. De allí se pusieron de moda las anorexias
y bulimias en diversos grados. Se dijo que la culpa no es de las muñecas y que
son las niñas o niños (y sus padres) los culpables o los enfermos, porque los
juguetes son inofensivos. Después siguieron los dibujos animados de la Barbie,
y muchos más muñecos creando el mundo de Barbieland.
Ahora
han resurgido a la BARBIE AL MUNDO REAL, convertida en un modelo a seguir, aunque
solamente sea un objeto de plástico, pero impulsado con un potente márquetin y
fuerza mediática. Se acabaron esas muñecas bebés que las niñas paseaban con sus
madres en cochecitos, pues decían que las incitaban a ser madres. En el mundo
actual en el que rige la cultura de la muerte, no podía repetirse. Esto lo deja
claro al principio de la película: una niña se subleva y destruye con furia
todas esas muñecas maternales.
BARBIE
es realmente una película para adultos. Sus creadores nos meten en un mundo
ficticio, irreal pero atractivo, con actores de carne y hueso, muy guapos que
cantan y bailan muy bien, con escenas de acoso, desprecio y de horror a los
pies planos. Sin embargo, si te conviertes en BARBIE puedes llegar a ser
cualquier tipo de profesional que te propongas. En ningún caso, se dice que se
ha de trabajar y estudiar, solo es preciso ser una BARBIE con auténticos
zapatos de tacón. Eso sí,
con insistencia y reiteradamente el arco iris y los diálogos de ideología de
género y trans están presentes.
Barbie
viaja al mundo real, y sus creadores de MATTEL, son hombres malos y de negro, no
hay ninguna mujer que mande en la empresa pero sí todo tipo de trans. Barbie huye
de ella porque el consejo de administración lo que quiere es meterla de nuevo en
la caja de la muñeca. El
Ken sigue afeminado y en ese mundo quiere hacer algo, y llora porque se siente
inútil.
Hacia
el final los Ken y las Barbies plantean un enfrentamiento. Bailan y cantan. Y
ven que el mundo real es muy duro porque no saben hacer nada y deciden
restaurar el BARBIELAND, repartiéndose todos los cargos ejecutivos del mundo. Después
de tanta música y mucho baile, los personajes tienen pensamientos humanos. Es
entonces cuando la película inyecta numerosísimas imágenes subliminales de
mujeres y Barbie decide abandonar el mundo de color de rosa y los zapatos de
tacón.
Todo
este galimatías de guion está enfocado a embotar todavía más a los espectadores
de la película con los mensajes de ideología de género y crear una nueva mujer
o una trans con doble vasectomía y de éxito a partir del modelo de una muñeca.
Todo
ello, a trocitos o a pieza entera, es gravísimo para la identidad natural del
ser humano, la dignidad de todo ser humano, hombre y mujer.
Yo
también insisto: padres, madres, abuelos, abuelas, educadores, sacerdotes, proteger
a vuestros hijos e hijas, que sean niños y niñas, chicos y chicas, alumnos y
almas, no les compliquemos más las cosas. Pues la tendencia natural al mismo sexo
o al otro sexo ha existido desde siempre, y en todas las civilizaciones. No nos
dejemos engañar: Cambiar de sexo no nos hará más felices, porque eso es una
gran mentira, y el rey de la mentira es el demonio.