El pasado domingo celebramos la fiesta de Cristo Rey, pues Cristo reina en nuestros corazones. Con esta fiesta se acaba el año litúrgico. Así que el domingo próximo, día 3, se inicia el Adviento, unas semanas de preparación para la Navidad. Cada día en la santa misa los sacerdotes irán revestidos de morado, a excepción del Domingo Latere que irá revestido de color rosa. Y blanco de gloria la Nochebuena y toda la Pascua de Navidad.
En este tiempo de espera lo
más importante es la preparación de nuestra alma para que podamos acoger al Niño
Jesús con todo nuestro amor y cariño. Y a él ya tenemos que empezar a dirigir
nuestras oraciones para que las celebraciones familiares que hagamos sean lo
más feliz posible, a pesar de la persona que todo le parece triste o
simplemente el típico cargante. Este personaje que no puede faltar en las
familias, por ello lo mejor será sonreír y ya empezar a encomendar.
Mientras
tanto, con paz y calma vamos a diseñar los menús. Recomiendo que cocinemos
aquello que siempre nos sale bien para no hacer inventos el día que tenemos
invitados en casa, especialmente elaborar lo que a ellos les gusta, de esta manera
reduciremos las complicaciones e iremos sobre seguros. No nos olvidemos que hay
familiares muy específicos en las bebidas, colas, cervezas, aunque tengan un
buen vino en la mesa. Y aguas, con gas y si él. Poco alcohol para que los
asistentes no se desinhiban y digan tonterías. Hoy podemos encontrar muchas
bebidas cero por ciento de alcohol con muy buen sabor.
También localizaremos las mantelerías, el número de sillas, un vestido de fiesta, aunque los demás vayan en pijama o en jeans. Los anfitriones darán el toque de elegancia y celebración al día de la reunión familiar. Otra opción muy de moda es ponerse un jersey navideño, no obstante, si los que veis en las tiendas o webs son caros o vulgares, mejor no, pues cualquier prenda que brille estará bien, aunque tenga tres temporadas.
Antes
de comprar los adornos navideños, bajaremos del altillo las cajas de adornos
que tenemos en casa. Lo primero que haremos será el pesebre o Belén, adornaremos
el exterior de alguna ventana, reservaremos los adornos para las mesas y
colocaremos la Corona de Adviento en la puerta de entrada a nuestro domicilio, recordando con ello a los vecinos que nos dirigimos con alegría al día de Navidad.
Anotaremos
todo aquello que nos hace falta, quizá alguna figurita del pesebre que se ha
roto o se ha perdido, un candelabro o dos para la mesa o lo que sea. Si compráis
luces ¡alerta con la longitud! no sea que toméis una cajita muy mona y sea de ¡20
metros! y sólo necesitéis 3 m. para el árbol.
¡Ah!
Y, sobre todo, hacer inicialmente un presupuesto y no pasarse, y mucho menos comparemos
regalos que nos gusten mucho, mejor pensar si al destinatario le gustará. En fin, que
tenemos mucha tarea por delante y tiempo para organizarnos y de esta manera no
llegaremos agotadas a los días de celebración.