El
hombre y la mujer somos cada uno persona humana con dignidad propia. Y aunque,
hombres y mujeres, juntos o separados, puedan actuar como animales, no lo
somos.
¿Por
qué no lo somos? ¿Qué dicen los antropólogos?
No
somos animales porque la persona humana está formada por Cinco dimensiones,
solo tres de las cuales las compartimos con ellos. Nuestro cerebro puede
asemejarse a las moscas o al del orangután, por ejemplo, pero no somos animales.
Hay que negarlo en rotundo. Una cosa es que participemos en común de aspectos
importantes, pero no somos iguales.
Ciertamente
cuando una mujer cuando envenena a su hombre y a sus hijos, la llamamos
asesina, un animal sin entrañas, y si un hombre mata a su mujer, porque es
mía o de nadie, y la apuñala 17 veces seguidas, es decir, con saña, lo
llamamos criminal y animal, y solo merece ser colgado en la plaza pública.
O
cuando unos hombres se juntan como una manada de lobos para destrozar y violar
a una mujer, usamos esos términos más propios del entorno animal que del
humano. A pesar de ello, no somos animales. Pero sí que sus instintos animales
han dominado por encima de las otras cuatro dimensiones humanas.
Por
ello todo ello es importantísimo conocer y reconocer la dignidad de la persona
humana, y educar y educarnos en el respeto del Ser que somos.
¿Cuáles
son las dimensiones de la persona humana?
Las
dimensiones de la persona humana son Cinco:
La
dimensión física, es decir, el cuerpo, cualquiera de sus partes y elementos.
La
dimensión afectiva, es decir, los sentimientos, instintos, emociones, la
felicidad.
La
dimensión social, es decir, el entorno, las expectativas con los demás, en el
trabajo, la familia.
La
dimensión intelectual, es decir, el conocimiento, la voluntad y la libertad.
La dimensión espiritual, la vida del alma espiritual establecida como relación con el Ser creador, es decir, buscar la Verdad, el encuentro con Dios.
La dimensión espiritual, la vida del alma espiritual establecida como relación con el Ser creador, es decir, buscar la Verdad, el encuentro con Dios.
Las
dimensiones física, afectiva y social son las compartidas con los animales.
¿Qué
tal si observamos a nuestro alrededor? ¿A que el perro domesticado se parece a
su dueño?
Dicen
que los orangutanes son unos animales muy parecidos a los hombres y a las
mujeres, y que tienen mucha inteligencia, es decir, poseen dimensión intelectual.
No obstante, en los estudios y experimentos científicos en su relación con los humanos
cuesta mucho aceptar esta dimensión. Cabe destacar, una experiencia real,
africana: En una zona de enfrentamientos tribales, unos guerrilleros convivían
con orangutanes. Uno de ellos aprendió a disparar con el fusil. Quizá los que
estaban con él se rieron como si estuvieran dentro de una comedia, sin embargo,
muchos de ellos murieron por los disparos del animal, el cual carecía del
conocimiento para distinguir quién era su enemigo. Disparó hasta acabar el cargador.
Cargar el arma de nuevo ya no supo hacerlo.
En
relación a la dimensión espiritual de los animales, éstos carecen del alma
creada por Dios para la persona humana. Sin embargo, está muy de moda ponerle
alma a todos los animales y plantas de nuestro planeta. A ese aspecto vital de
la flora y la fauna le llaman alma animal o alma vegetal. Pero no es el
alma espiritual de los seres humanos.